viernes, 22 de febrero de 2013

El sueño.

Ayer tuve un sueño... Uno que se ha repetido mucho tiempo en mi mente.
Volvíamos a tener 14 años, estábamos en mi casa, en mi ventana para ser más exactos. Las luces lejanas parecían estrellas, así como a nosotros nos gustaba. Respirábamos pero de nuestras bocas no salía vapor. Y entonces, volveremos a estar así, mirando y bailando con las estrellas, los dos. Juntos.

Eso es lo que queríamos. 

Llevo soñando esto más de 2 semanas. Solo he soñado contigo. Y vuelves a ser de la que me enamoré. Tímida, sensual, coqueta, tierna. Por eso me gusta dormir. En mis sueños eres la que yo quiero que seas en la vida real.

Pero no todo se puede. Hemos cambiado. No sé si positivamente o negativamente. Solo sé que odio la persona que eres ahora. Quizás yo te convertí en ello. Pero en mis sueños, solo por mis sueños, sigo enamorándome de aquella persona. Es por eso que quiero dejar de soñar. Todo es tan realista. Tu voz, tu actitud, incluso tu manera de mirarme. Tengo todo tan claramente guardado en mi mente.

Por eso siempre despierto suspirando. Y eso tiene que acabar. Por que estoy enamorado de la chica de mi sueños, no de la... cualquiera que eres ahora.

Antes sólo éramos nosotros. Eras mía y yo era tuyo. Ahora eres de cualquiera y yo también. Es por eso, que los sueños. Donde las luces en mi ventana parecían estrellas y yo te abrazaba. Ese sueño nunca se hará realidad.

Pero algún día seremos capaces de seguir viendo las estrellas. Los dos. Juntos. Sin ninguna duda.