Durante tres años pensé y estuve al bordo de el precipicio que se le llama muerte, no en el suicidio, pero sí en la muerte. De hecho, creo que durante ese tiempo en verdad morí y aún sigo algo muerto. También siento que en noches oscuras, frías y solemnes yo me partí en dos, así que supongo que hay dos yo, uno del pasado y el de ahora. La diferencia es que el de ahora está roto y con recuerdos que no parecen de él y el del pasado está perfecto, alguien inalcanzable para mí.
Pero morir no significa cortarse las venas y desangrarse en una bañera por un engaño amoroso o problemas personales, mis problemas nunca fueron más allá de simples tonterías de adolescentes o a lo mejor sí eran problemas graves pero me autoconvencí de que no lo eran. Yo simplemente dejé de ser el mismo para ser alguien peor. Morí por dentro, una gran parte de mí se quedo en el pasado y por eso sigo soñando con cosas que sucedieron hace dos o tres años, porque cierta parte de mí pertenece a esos años, mi único pesar es que esos años no vuelven y yo me estoy haciendo viejo. Pareciese que ayer tenía quince años y estaba revolucionado con las mujeres, con las experiencias, incluso amaba el baloncesto más que a nada y extraño eso. Por eso cuando te largaste y contigo muchos de mis sueños y mis planes de vida también se largó un pedazo de mi existencia contigo pero el problema es que tú desapareciste. Y yo seguí existiendo aquí, si tan solo me hubieras llevado contigo esto sería distinto, tan distinto...
Que cruel fuiste conmigo.
Así que me hundí en mi habitación, en los libros y en los videojuegos y estuve tres años así y ahora que tengo una nueva vida, ahora que estudio lo que siempre quise me cuesta dejar todo atrás. Oh dear i'm so broken.
Anoche soñé que volvía al colegio y para ser más exactos al momento de la toma, en las movilizaciones, eso fue hace cinco años. El sueño en sí fue meláncolico porque pude ver a personas que hoy en día no sé donde están y fue agradable verlos, en verdad... Lo más sorprendente es que tú no estabas y eso fue lo que me sorprendió. Y a la vez me alegró el no verte.
¿Qué más puedo decir? Creo que en cierta parte me gusta esta tristeza, este pesar y estos pensamientos sobre cosas pequeñas que me gusta exagerar; las flores, la lluvia, el café, las hojas, las tardes, las nubes. Me gusta estar hundido en mi habitación con los recuerdos girando a mi alrededor, con ese olor de perfume que me recuerda los veranos a tu lado y el perfume de las hojas que me recuerdan los besos con sabor a lluvia, con sabor a tierra mojada. Este invierno ha sido distinto porque ni si quiera empieza pero ya lo estoy sintiendo, amo el frío porque con ello puedo tomar café y leer lo que sea, una novela de terror sería maravilloso para poder olvidarme aunque sea unas trescientas páginas de esta realidad que ya no está tan podrida pero sigue siendo dura de vivir.
Repito, que cruel fuiste conmigo...
Creo que en unas semanas tomaré mi chaqueta negra de cuero, una cajetilla de diez, un encendedor, mis zapatillas antiguas que me regalaste, esa bufanda azul que tanto te gustaba y saldré a caminar. Quizás nos encontremos aunque es difícil porque te he buscado por mucho tiempo y sigo sin encontrarte. Pienso que nunca lo haré. Es hora del cambio, corazón, esta semana me hundí bajo mi responsabilidad en el hoyo que solía habitar. Cambié todo para dejarlo atrás, de casa que solo tenía recuerdos de cuando hacíamos el amor, esas paredes que contenían susurros de nuestras promesas, cambié mi celular donde estaban nuestras memorias juntos e inclusive me cambié a mi mismo. El problema: es que mis propios recuerdos brindaron por ti.
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"Éste es mi tiempo, un tiempo en el cúal, tú ya no existes." Hoshizora.
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