Fiordos helados y montañas llenas de nieve
Pastos y bosques místicos
Misteriosos, silenciosos y serenos
Así cómo tus ojos y sonrisa
Cómo tu inteligencia y destreza.
Santa Ávila, labios rojos y rotos
Ojos rasgados y filosos
Ríos violentos cómo recuerdos
Débiles truenos, un poco de lluvia
Yo jamás iré a Santa Ávila.
No veré, mi me llevarás a los
Fiordos helados.
Jamás caminaré junto a los rápidos celestes
Un paisaje lejano y vivo, yo soy neblina inerte
No beberemos cerveza austral con viento
Después con tinto, contigo en lugares hogareños
Casi puedo verme allí, lo siento
Solos, con amigos, sin ti, sin mí
Conocer Santa Ávila es un tonto sueño.
Pienso en cordilleras y estrellas brillantes
No tocaremos la arena ni nos mojaremos en la orilla
Pero hay colinas llenas de pastos y de árboles
Verdes si es verano y blanco si es invierno
Y casitas amarillas y cafés, igual a tus ojos filosos.
Escucho la madera crujir en la fogata
Y las hojas bailan con la guitarra
Lunas llenas, y cielos brillantes
Santa Ávila, llena de fantasmas
Invaden mis recuerdos
Manejando a través de carreteras infinitas
No sé manejar, pero puedo ir igual
Puedo llegar si solo sigo los postes de luz
Y me detengo a fumar cigarillos
Hay más fantasmas, que este pueblo hermoso
Se traga. Se van y se hunden sus nombres
En este vasto océano fuera del mundo
Sus cuerpos lo devoran los peces.
Y regreso a Santa Ávila.
Ya sé que jamás íbamos a venir juntos
Así que vine por mi cuenta
Santa Ávila
Es tan vacía
Sin ti.
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