miércoles, 27 de marzo de 2019

Me gustaban tus ojos. Eran directos, eran de un café oscuro, resaltaban por encima de tu piel blanquecina. También me gustaba tu pelo largo y rojo, amabas el rojo ya que siempre vestías de ese color. Tus labios también eran rojos, amaba cuando te los mordías y me mirabas.
Cariño, amaba muchas cosas de ti, de la manera en que hablabas sobre tus sueños, o sobre tus objetivos, creo que en esos momentos era donde más me gustabas, cuando tu rostro se iluminaba, hablabas aceleradamente y con una devoción que siempre me atrajo.
Y de nuevo, cariño, me hubiese gustado que las cosas hayan sido de otra manera, que la pulsera llena de piedritas moradas hubiese durado más en tu muñeca que en el bote de la basura, me hubiese gustado haber acariciado más tu cabello, o haberte hablado de mis sueños, haber sido igual de resplandeciente que tú. Pero lo siento, no tenía brillo propio, a mi lado jamás ibas a ser feliz, jamás me hubieses seguido escogiendo y yo tan solo te dejé ir pero mi vida, faltaron muchas cosas por hacer, incluso si ahora solo somos dos extraños con un par de memorias, ahora incómodas, inclusive si ahora cada uno es feliz por su lado, siempre voy a tener este sabor agridulce en mi ser al recordarte o al verte.
Ha sido una lástima, mi amor, que las cosas se hayan dado de esta manera.
Por favor, sé feliz <3

0 comentarios:

Publicar un comentario