En un tiempo, donde solo podía ver y oler la oscuridad de la madrugada me encontré a mi mismo sentado, en medio de la nada, con un pensamiento fijo en mi mente y ese eras tú. Ya había llegado tu hora de marchar y te fuiste entre gritos y aplausos. Si cariño, me abandonaste para que ardiera en este infierno. No sé si fue en mi propia misera que me hundí en el barro de este mundo y me regocijaba entre mis propias penas fui a parar a una laguna, me senté en su orilla y mojé mis pies cansados ya de andar sin ti. Miré la luna llena y me hipnotizaron las estrellas... Pensaba en que extrañaba tus besos, pensaba en que yo te dejé morir. Pensaba en que yo rompí tu corazón y te maté.
La última memoria que tengo de esa noches es mirando la luna y fumando un cigarrillo, esos rojos y que al tan solo olerlo te hacían toser. Quisiera que me retaras una vez más por hacer esto que tanto odiabas. Y entonces comenzó a doler mi cabeza terriblemente y caí inconsciente. Desde este punto no soy capaz de distinguir la realidad del mundo de los sueños.
Cuando desperté me encontré con sátiros, duendes, pegasos y ninfas que hacían fiesta junto a mí. Las antorchas estaban por todos lados y la luna seguía brillando. También vi ángeles y demonios. No estaba en mi infierno ahora mismo yacía en el infierno verdadero. Habian vampiros, hombres lobos y lo que todo hombre puede imaginarse. Yo los vi. Yo los toqué. Eran reales. Ellos bailaron conmigo, cantaron y me hicieron beber cerveza hasta embriagarme. Ese lugar existe.
Entonces te reconocí. Ahí estabas sentada en el lago en el que algún día juramos ahogarnos juntos. Fui donde ti.
- Ha sido un largo tiempo desde que me dejaste atrás.
- Nunca pensé que llegarías hasta aquí.
- Ni yo, pero aquí estoy esperando tu respuesta.
- Me mataste, una y otra vez, sin piedad. Me hiciste añicos las veces que quisiste.
- He cantado sin ti. He estado solitario porque te marchaste.
- ¿Y?
- Y no me llevaste contigo. Fuiste tan egoísta.
- No lo fui, fui la mejor mujer para ti.
- Entonces ¿por qué ardes en este lugar?
Te levantaste. Y me mostraste una ala blanca y larga, yo solo podía admirarte.
- Son hermosas.
- Solo tengo una.
- ¿Y la otra?
- Tú eres mi otra ala. Tú eres quien debe venir a buscarme para que salgamos de este lugar.
- ¿Por qué yo? Yo tan solo te maté.
- Lo hiciste. Y me negaste la entrada al cielo. Por eso estoy esperando a que vengas a buscarme.
- Aquí estoy, vamos. - Te estiré mi mano.
- No es tu tiempo, tu tiempo llegará más adelante. Que estés acá es un capricho mío.
- Sonrío si tú eres feliz.
- Muero si mueres sin mí.
- Nunca te olvides de mí.
- Jamás podría hacerlo.
- Aún recuerdas esas bellas palabras que me dijiste la primera vez que hicimos el amor. Estoy feliz.
- El tiempo curará tus viejas heridas. Somos ángeles con una sola ala. estaré esperándote, en este mismo lago cuando llegue tu hora.
Me besaste. Y toda la frustración que tenía dentro de mí se fue como el humo de esos cigarros que tanto odiabas. Ya no voy a luchar con el tiempo que nos separó. Voy a vivir para ti.
Aquella noche bailé con ella y con los muertos.
Y ahora que mi hora se acerca solo puedo pensar en ir a buscarte al lago. Ir a lugares lejanos. Ahora que mi existencia llega a su ocaso, solo puedo pensar en que iremos al cielo. O arderemos en el infierno. Pero estaremos juntos.
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"Éste es mi tiempo, un tiempo en el cúal, tú ya no existes." Hoshizora.
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