martes, 10 de diciembre de 2013

Ella acercó sus labios a los míos. No había espacio, ni tiempo, ni tampoco sonido. Cuando sus labios tocaron los míos, una sensación que nunca había sentido comenzó a recorrer lentamente cada pedazo de mi existencia. Al principio fuimos tímidos. Todo era maravilloso... ¿Sabrá ella cuánto esperé por éste beso? ¿Todas las penurias, llanto y dolor que pasé, sólo para poder estar así, ahora, con ella? Quizás no lo sepa. Quizás nunca lo haga. Lo lamento, no puedo hacer nada, cuando amas tanto a una persona. Me siento ansioso, quiero abrazarla para siempre.
De a poco nuestras lenguas comenzaban a tocarse. Cada vez que lo hacían la eternidad se extendía ante mis ojos, el amor, el necesitar y la ternura se hicieron claros en mi mente. El sonido aún no regresaba y sinceramente no quería que lo hiciera. Tan sólo quería sentirla en mi interior. Si tan solo pudieras entender, lo mucho que significa para mí éste beso, si tan solo fueras capaz de inferir cuanto te amo... Sí tan solo nuestro beso se prolongara por los tiempos.
Nos tomamos de las manos, nuestros dedos entrelazados me daban seguridad. Es mía y yo suyo. Siento todo mi corazón muy caliente... Es como... Es como si se fuera a derretir en cualquier momento gracias a sus labios. Y a mí no me importaría.
Nos separamos y nos miramos por unos segundos. Me puse muy triste. Luego de este beso, nosotros dos ya no vamos a existir. Estos intensos sentimientos... ¿Cómo puedo enviártelos? ¿Cómo debes aceptarlos? ¿Cómo te sientes al saber que no estaremos juntos luego de esto?
Yo podría llorar. Es por qué no importa que tan lejos se vaya, ni con quien se vaya... Siempre la amaré, hoy, mañana, ayer... Aún si me olvida, yo la esperaré hasta el final de los tiempos.
Me besó de la nada. Todas mis dudas y estos pensamientos angustiantes se esfumaron en sus dulces y tiernos labios.

Eso fue lo que sentí en la última noche que nos besamos.

0 comentarios:

Publicar un comentario