domingo, 25 de diciembre de 2022

it was not for you, it was for me

 Sí, es maquiavélico pensar que estoy de nuevo aquí. Los árboles y los basureros azules ya son familiares y un dulce recuerdo. El recuerdo muerto. 

Que lástima que te hayas transformado en eso en realidad. Y es más irrisorio escribir esto mientras haces el amor con el amor de tu vida. 

Sigo fumando cigarrillos y lanzando el humo a la noche, viendo como en el humo vuela mi alma y escapa lejos hacia la nostalgia. 

Todo aquí es tan bello que solo siento un intenso deseo de destruirlo, porque no es así. Esto no debería ser así. 

En realidad este enojo y llama infernal responde a mi necedad, a mi intención de huir en vez de enfrentarlo tal cual es.

Siempre estaré enamorado de ti. 

Ese es mi gran delirio, mi gran condena y el mayor de los pecados. Haberme enamorado perdidamente de ti. No solo eso. Haber sido yo el que lo arruinó, haber sido yo el que actúo de formas estúpidas de las cuales reniego. Pero no soy lo que era si no lo que soy. En lo que me he convertido a través de las experiencias que el todo me ha dictado y de las cuales huiste, o de las cuales yo te saqué. La verdad sabía que no ibas a estar aquí si esto pasaba, yo ya sabía que ibas a escapar, ahora me siento tan solo como un acompañante, un guía turístico que te mostró los paisajes más desolados e íntimos de sí mismo y el tour se ha acabado, ahora estoy por mi cuenta.

Y que triste saber que iba a ser así, tal vez debido a ese conocimiento es que las cosas se desarrollaron como hoy. Hasta esta noche de los tiempos más intensa y real que nunca. A esta navidad. A este punto. Ya me habías abandonado un par de veces pero en la ceguera de mi necedad y tu amor, nunca quise verlo. Porque sí, durante todo este tiempo he estado cegado por estos recuerdos dulces que no he podido superar porque me rehúso a olvidarte. 

Creo que te odio pero es más lo que te amo, esta es la realidad que se vive aquí y de la cual siempre te he protegido, de la cual siempre he intentado esconder. Esconder que aún escucho esos temas de cuando éramos pololos, ese rap romántico. 

Nuevamente dedicándote madrugadas y mis horas congeladas pero odio sentir esto por ti, porque yo sé que no es recíproco, porque yo sé que no es así para ti y eso me duele. Eso me parte el corazón aunque pueda entenderte, incluso justificarte y precisamente por eso es que ahora estamos lejos. 

Porque tú para mí eras mi diosa, eras mi musa, eras mi todo y eras lo que yo quería. Eras tú pero supe enseguida de que no era yo. Que nunca he sido yo. Y que no seré yo. Eso es lo que dice el cielo y los ecos de los eones. Estoy huyendo de ti, terriblemente como siempre, huyendo de estos sentimientos que me destrozaban mi maldita alma. 

Acepté las condiciones que se imponían hasta que me di cuenta de que ese no era el camino, hasta que ese límite se cruzó y te tuve entre mis brazos, hasta que estuvimos respirando al mismo ritmo y fundiéndonos entre nuestras caricias, porque aquello ocurrió, aquello fue real y aquello me rompió aún más. Me descolocó y luego volvió a descolocarme una vez más. 

Fue por eso que entendí todo, entendí lo que quería realmente, entendí que quiero que tú seas en mi vida, quiero tu amistad pero también quiero tu amor y tu pelo, tus sonrisas, tus llantos, tus crisis y tus despertares. Quiero los árboles y las playas, quiero que me acompañes a los confines, quiero que tomes mi mano y que corramos por las carreteras llevándome a Riñinahue. Quiero tu tristeza y tus frustraciones, quiero conocer tus metas y sumarme a ser tu copiloto. Quiero que entre toda esta maligna marea unamos nuestros barcos y exploremos las sendas eternas. 

Quiero trascender contigo mi amor, soy tan brígido que sé que eres tú y sí, si te lo preguntas es una confesión, una confesión para ti y para mí mismo. Me he abierto el pecho para mirar al interior y que sepas que es lo que pasa, esto es lo que sucede, de esto te estoy hablando, este amor es lo que he estado escondiendo. 
Estas llamas intensas son el secreto del mundo que tengo para ti. Aunque la única que me acompaña es la tú imaginaria, la que siempre ha estado aquí, la musa... La diosa esplendorosa con todo su resplandor iluminas toda esta oscuridad. Y aunque no exista, es buena compañía. 

Porque no importa que tan profundo llegue, no importa cuanto más me desnude, ni todas las palabras lindas y bien usadas. Tú no me amas, tú te arrepientes de lo que pasó conmigo y sobre todo me superaste. Eso pienso y aunque tuviera esperanza de que no fuese así, estoy poco dudoso de equivocarme.

Esta es mi decisión, es tenerte o perderte. Y guardo esperanzas de tenerte con el paso del tiempo pero el tiempo me ha enseñado a perder. 
Y no puedo perder el tiempo esperándote, si tal vez el destino juega un poco más o el maldito programador de esta realidad simulada, volveremos a cruzarnos. Y entonces no podré callarme, aunque tiemble de miedo de solo pensarlo, solo sé que todo esto se va a ir. Porque es lo que siento y es lo más real que poseo. 


Asómate más. 


¿Puedes entenderme? ¿Puedes recibir esto? ¿Estoy loco? 

Es realmente todo una maldición, me pregunto, te pregunto a ti también. ¿Por qué es todo así? 

¿Debí habértelo dicho antes? Si hubiese sido así te habrías llevado esas noches eternas de intimidad, no habrían existido. 

No habríamos existido si te lo decía y porque soy un maldito obstinado del infierno es que quiero existir... contigo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario