miércoles, 17 de enero de 2018

Realmente creo que eres una especie de fantasma, uno dulce en particular. Ahora mismo estas a mi lado observando cómo escribo estas letras, mientras escucho un poco de piano, uno que solía escuchar en mis antiguas noches de soledad en la otra casa. Extraño, de alguna forma, esa habitación aunque esté llena de depresión, oscuridad y pestilencia. Aunque la habitación actual está con el mismo calor, solo que ahora apesta a alcohol.

Y aún sigues a mi lado, aún perteneces a mi tiempo. Siempre aquí y siempre tan lejos y y tan loco por imaginarte aquí. por creer que me ves y porque en mi mente se forma la imagen de una situación en la que estaríamos tú y yo, posiblemente estas letras no existirían y estaríamos viendo alguna película, durmiendo, haciendo el amor o simplemente mirándote al dormir. Nos faltaron tantas noches juntos, mi vida. Nos faltó toda una vida juntos, cariño.

Hace poco soñé contigo, tenías las mejillas rojitas y gorditas, una actitud de una pequeña que quería ser mimada por mí, tu chasquilla que siempre me gustó, esos pantalones apretados de color gris que solían ser tus regalones, posiblemente ya no. Posiblemente ya hayas reemplazado todo, incluyéndome. También, en el sueño, tenías esa mirada tan intensa. Era esa mirada, la de antaño, con la que solías ver hasta lo más profundo de mi existir y conocer todos mis secretos, todos mis temores y todas mis metas.
Solías apoyarme en el baloncesto. Ahora pienso que era muy feliz en ese momento. Ha de ser el tiempo en el que deba olvidar tu dulce aroma, ese espacio donde tu cabello se unía a la frente que me enloquecía besar con ternura, olvidar tus besos, olvidar ese invierno cuando estaba con mi chaqueta negra y corriste a besarme, y yo pensé que íbamos a estar juntos para siempre. Y siempre que estoy a punto de hacerlo, siempre que estoy a un paso de darte la espalda, regresas. Vuelves y rompes todos mis esquemas, tal cual lo hiciste hace un par de años cuando te conocí.

Y si voy a la tú de ahora no hay rastro de ti, mi querido fantasma. Posiblemente incluso esa tú ya se olvidó de ti, y te abandonó. Si es así, yo debo de ser la única razón por la cual sigues aquí, el único que recuerda a esa tú de entonces. Pero entiendo que vuelvas a mí cada vez que estoy a punto de olvidarte, nadie quiere ser olvidado. Y yo siempre voy a caer en esto, una y otra vez, porque ahora mismo... El yo de este entonces aún quiere creer que puede convertirse en alguien que pueda volver a traerte a su andar.

Hay muchas promesas que hicimos, muchas cosas que dijimos enserio, realmente íbamos a cumplirlas. Aunque creo que sigue siendo inmaduro de mi parte seguir aquí, después de todo yo también quiero avanzar, yo también quiero ser capaz de enamorarme de otra persona y seguir un camino lleno de desafíos, pequeñas felicidades y muchos viajes. Lamento por la envidia, pero así como tú no quieres ser olvidada, yo tampoco quiero quedarme estancado más tiempo del que ya he estado en este sucio pantano, en este maldito bosque y con estos malditos duendes, aunque para ti sea una pieza común y corriente, esta habitación desde donde te escribo representa la inmundicia misma.

Te dedico mis madrugadas y posiblemente siga haciéndolo, al menos mientras siga escuchando piano.

0 comentarios:

Publicar un comentario